FROM
THE INSIDE
Cae
la tarde a 2.000 metros de altura, de una mañana con sol, pasa a una
tarde de nubes y nieve, típico tiempo de esta zona de los Pirineos,
no hay mucho que hacer después de salir de trabajo, hoy no toca
gimnasio porque aún noto el cansancio de ayer. Quitando el entreno,
nada que hacer en este pueblo, aislado del mundo, en medio de las
montañas, sales de trabajar en la cocina del bar y pasas la tarde en
otro bar conectado a internet, más cuando de unos días a aquí,
quizá por aburrimiento, quizá por curiosidad, se me ocurrió
crearme un perfil en una web de contactos online, un poco escéptico
con estas webs, que no sabes hasta qué punto es real, qué tipo de
gente hay, aunque si estoy yo todo vale, o con qué idea se inscriben
las chicas. De mi biblioteca musical en iTunes suena una canción de
Linkin Park.... -“And
how trying to put my trust in you, just takes so much out of me, I
take everething from the inside, and throw it all away ‘cause I
swear for the last time, I won’t trust myself with you....”- y
desde ahí, desde dentro me sale este texto. El caso es que después
de los primeros días mirando perfiles y enviando mails, me llegó un
aviso de que una chica me había enviado un flechazo, una chica sin
foto de perfil, y con poca descripción, un día empecemos a hablar
por el chat del portal, a lo primero lo típico, unas presentaciones,
unas preguntas básicas, pero de pronto, noté una conexión
especial, como si ya nos conociéramos, no sé, la conversación
adquiría una fluidez impensable, con mucho entendimiento, con una
comprensión personal en cuanto a caracteres, que no me hubiera
imaginado encontrar. Al rato, la conversación deriva en mi intención
de ver alguna foto suya, para poner cara a la conversación, y
evidentemente, porque tenia curiosidad de saber cómo era, entonces
ella me da la dirección de su red social, y cuál es mi sorpresa al
ver su foto, una chica realmente guapa, muy buena presencia física,
y la primera pregunta que me viene a la cabeza, por qué una chica
chica como ésta, está en esta web? A este tipo de chicas no les
hace falta, pensé, luego, está para pasar el rato o busca algo? Fue
una especie de flechazo virtual, de la conversación a la visión de
unas fotos, pero ella, un año más grande que yo que tengo 34, se le
notaba una inteligencia notable, un sentido del humor muy afinado,
muy parejo al mío, una capacidad de comprensión sorprendente,
espontánea, simpática, agradable, hacía deporte habitualmente,
(somos unos pocos los que hacemos deporte, pero somos de una pasta
diferente creo), running, bici, trekking y un largo etc... Parecía
una chica hecha a medida, a mí medida, con todas las cualidades que
más valoro en una chica, y jamás he encontrado, pero de momento, es
virtual...pienso. Pasamos de chat, al whattsap, hemos hablado uno o
dos días, y ya tengo su dirección de mail, de red social y número
de teléfono, bueno nada sorprendente si tenemos en cuenta qué
hacemos los dos en esta web. Lo que aún me sorprende es ella, cada
vez más, después de una semana, hablando muy a menudo por
whattsapp, por la mañana, al mediodía, por la tarde, y seguimos por
la noche, nos explicamos el día, y nos damos a conocer, nosotros y
nuestros gustos, aficiones, inquietudes, en las que coincidimos en la
grandísima mayoría. Se da el caso que ella está de baja laboral,
pero yo no, y mientras trabajo siempre encuentro un momento para
escaparme y escribirle algo, esa pregunta que me rondaba la cabeza,
si escucha determinado grupo musical, qué tipo de libros lee, etc.
Al
final de esa primera semana, quedamos en vernos, vivimos cerca, así
que en mi día de fiesta, bajaré desde los Pirineos hasta el pueblo,
paso el día allí, y como esperaba, me envía un mensaje con una
excusa absurda de que no puede quedar. Bueno ya me lo esperaba, en la
siguiente semana, ya tengo mis dudas de si en verdad quiere quedar,
de por qué está en esa web, de si tiene las mismas intenciones que
yo, etc; pero con las conversaciones, se me despejan. Cada vez que
hablamos, siento una especie de abducción mental a un mundo virtual
y desconocido, en el que voy a entrar de cabeza y sin pensármelo
porque creo en ella, y merece la pena intentarlo. Semana siguiente y
ahora sí, primera cita, y primera sorpresa, porque su petición es
que la pase a recoger, me manda una foto de una captura de pantalla
de la situación geográfica exacta del sitio, y nada, llega la hora,
llego, aparco, y por el espejo retrovisor del coche la veo aparecer,
bajo, me acerco, nos miramos, dos besos, hablamos un poco, y nos
vamos. Tomaremos un té, otro gusto común, aún recuerdo ese primer
instante en el que la vi, mi radiografía de ella, recuerdo verle la
cara, y pensar: “sí, es ella, de cuerpo igual que en fotos, no le
sobran kilos, me fijo en su manera de andar”. Todo en orden,
mientras en la conversación se sucedían diversos temas, el té se
diluía en el agua, y de la misma manera que con esa unión de
hierbas y agua se hace el té, con esa conversación y esas miradas,
empezaba algo más que una simple cita. Recuerdo que a los pocos
minutos de verla en persona, ya la quería besar, incluso al rato,
sentados en el sofá del local llegué a decirle: “estás muy
lejos, acércate más” a lo que ella respondió: “estoy lejos?
no, ya estoy bien aquí”. Fue como si de repente le hubiera puesto
hielo al té, y se levantó y se fue al lavabo, y nos fuimos del
local, la llevé a su casa, y antes de despedirme le pregunté:
“bueno qué, que te he parecido” y contestó: “más simpático
en persona”, y dijo que nos iríamos conociendo. Mi sorpresa fue al
rato de llegar a casa, ella me envió un mensaje sutil, estaba a
gusto con mi compañía y convencida de querer conocerme. Pues a la
semana siguiente llegó la segunda cita. El caso es, que fue en esa
segunda cita que me di cuenta, lo vi todo claro, una chica, más que
chica, toda una mujer, que tenia una carrera y 3 años de estudios de
una segunda no acabada, con toda esa cabeza tan amueblada y llena de
inteligencia, es lo que me acabó de enamorar. Parte del tema está
en las conversaciones, eternas, se nos pasaban las horas hablando y
hablando, y no nos aburríamos, se enlazaban unos temas con otros con
una facilidad asombrosa, siempre había algo que decir, algo que
debatir, muchas cosas en las que estar de acuerdo, y pocas a
discrepar, y para nuestra sorpresa lo rápidas que pasaban las horas;
parecía que mientras duraba la conversación, no aislábamos en
nuestra burbuja particular del resto del mundo, era un universo
paralelo. Acabó la segunda cita, y volvió a haber mensaje post-cita
como ella lo llamaba, volvía a manifestar lo a gusto que se
encontraba conmigo, y en éste me hacía saber que ya tenia ganas que
llegara la semana siguiente. Y llegó, entre semana seguíamos
enganchados por el whatsapp, y la sensación de aislamiento en
nuestra burbuja era la misma, pero en este caso crecía hasta los 130
kilómetros de distancia, desde mi trabajo a su casa.
Otra
cita, pasé a recogerla, ésta vez para ir a cenar, a un japonés,
gusto común entre ella y yo, cena y vino blanco, ella bebió más
que yo, a mi ya me gusta, pero me cuesta más beber, volvemos a
hablar de ella y yo, de lo nuestro, de lo que hablamos por mensajes,
de lo que cambia ella, más que cambiar ella, cambia un poco su
actitud, en mensaje se muestra más libre, menos fría, más
expresiva, más emocionada, y en persona es un poco contraria, se
frena, sobre todo y como ella reconoce, más fría. Manifiesta que
requiere de su tiempo para coger confianza, y yo me pregunto qué
tiempo, el tiempo se pierde, y en particular a nosotros, se nos
acaba, ambos sabemos que su principal idea es ir a pasar un año
fuera, estaba en trámites, por temas burocráticos aún lo lo tenía
del todo asegurado, pero sabía que si la oportunidad salía, ni yo
ni nadie le impediría irse, y no faltaba mucho tiempo para que
posiblemente pasara, en unas semana lo sabría, y en 2 o 3 meses ya
estaría en destino. Aprender bien el Inglés sobretodo, pero más
aún vivir la experiencia, supongo, experiencias que, nunca se saben,
pero en ocasiones te cambian la vida. Despedida en el coche, sin ni
siquiera dos besos, pero con la cereza que seguiríamos hablando, y
volvió a haber mensaje post-cita, ésta vez más sorprendente,
porque me pedía volver a verme al día siguiente, aunque fuera media
hora. Quedemos, tomamos un té, fuimos a cenar algo ligero, desde la
tarde hasta la media noche, hablando y hablando y no nos cansábamos.
A la semana siguiente nos volvimos a ver, ésta vez cena en un
italiano, pero esa noche había algo diferente, en nuestro recién
iniciado mundo caduco, no tenía ni idea de qué, pero algo era,
compartimos postre y nos fuimos, estuvimos hablando en el coche, pero
mi atracción era tan fuerte ya, que no me podía reprimir más, me
acerqué a ella, le seguía hablando de lo mucho que me gustaba y me
seguía rechazando, poniendo excusas, hasta que se le acabaron, o
quiso darlas por finalizadas y me dio pie a invadir su espacio vital,
tan importante para ella, que hasta ése momento no había conseguido
invadir, hubo beso, seguido de más besos, muchos más, y caricias, y
palabras, por fin se liberó, se desmelenó que decía por mensaje.
A
lo largo de la vida, uno oye frases en diferentes situaciones, que o
te marcan, o acabas por recordarlas para siempre, en temas
sentimentales, en mi caso por ejemplo, han habido 3 en difrentes
etapas, muy alejadas en tiempo, la primera, y primer desengaño fue:
-“es
que me gusta otro chico, pero podemos quedar como amigos”-, Yo
tenía 15 años y ella 14, no es que fuera mi primer amor, pero si me
llegó bastante aquella chica, pero a esa edad, se viven las cosas de
otra manera. La segunda, fue de la primera chica por la que sentí
algo especial, yo tenía 24 años ya, y ella unos 20, ahí ya sabes
más cosas sobre las relaciones, y ya se tiene todo más claro, fue:
-”ets
massa bó”- ésa
sí me marcó y me llegó, más aún por el contexto en el que dio,
se podría decir que me faltó un empujón, y no supe bien cómo
llevar aquello, caí en el error de continuar una amistad utópica,
esperando algo que nunca pasaría. La tercera frase, me llegó a los
33 años, y me la dijo la primera mujer que noté que si llegábamos
a algo, sería algo muy grande, a esa edad, las personas
evolucionamos, si te uno se compara, el conocimiento de las
relaciones, el trato, lo que se quiere, ya hace años que se sabe
diferenciar una chica de una mujer, en aquel caso, ella tenía 32
años, con un detalle importante que marca cualquier relación, madre
de 2 hijos. Cuidado porque ésa es una situación con la que años
atrás no cuentas, es lo normal, y de golpe la conozco, ella desde
ese primer día ya se dio cuenta de mis intenciones, tambiés se las
hice saber, hablamos unas pocas veces por teléfono, y un día, en su
trabajo, cuando le pedí que se posicionara, me dijo: -”arribes
tard”-. El
caso era simple, tanto como sorprendente, estaba divorciada hacia un
año de su novio de toda la vida, y había iniciado una relación con
otra chica, por eso la frase, vamos porque estaba sentado, si no, me
caigo al suelo. Con una situación así, no cuentas ni en las
películas, tampoco quiero decir que hubiéramos llegado a algo, pero
si sé que ella era especial. A día de hoy, no es que seamos amigos,
pero sí mantenemos cierto contacto. Y la cuarta frase, llegó de la
que creo ha sido, la mujer de mi vida, me atrevo a decirlo porque así
lo pienso, no sé si a los 40 o a los 50 años, pensaré aún lo
mismo, pero ahora lo creo firmemente. Aquella noche en el coche, la
frase fue: “no
es el momento pero da igual”.
Frase
dicha como respuesta a mi petición de entrar en su piso, y allí
pasamos la noche. En nuestra burbuja particular que se había
reducido tanto hasta el punto de estar toda la noche abrazados y
acariciándonos, bueno más yo a ella que al revés. Amaneció el día
siguiente, me ofreció algo para comer mientras se duchaba, y
acordamos en llamarnos por la tarde para encontrar una hora y
vernos. Al final, esa hora no llegó, no me di cuenta, creí su
segunda y más absurda excusa que la primera, no nos vimos, no quiso
que nos viéramos. Al día siguiente camino de los Pirineos, ni
siquiera me temía lo peor, fue el día después que empecé a intuir
que algo iba mal, ella no contestaba a los mensajes ni con la rapidez
ni con las ganas habituales, pasé esa semana tratando de engañar mi
intuición, creyendo que era una semana complicada de trabajo y
gestiones para ella, mientras la mía era de un aburrimiento absoluto
en el trabajo, y de aborrecimiento del mismo, a mi complicada
situación allí, se sumaba una situación sentimental desconocida,
que pasaba de la más absoluta e ilusa felicidad, a la más profunda
de las tristezas, al desconsuelo, a tener la sensación de haber
vivido algo tan fantástico, aunque rápido, que se hizo efímero y
que se acababa tan de repente. El sábado por la noche llegó el
mensaje definitivo, el que me aclaraba todos mis temores y miedos,
expresaba su intención de no vernos más, y zanjaba con que mañana
me lo explicaría por mail. Acabó tal como empezó. Ante una
situación así, uno nunca sabe como reaccionar, puedes pensar que
quizá en función de la reacción, se sucedan acontecimientos
diferentes, no sé, igual me engaño a mi mismo. Al final, después
de leer su mail, escribía que la opción de irse ya se había
aclarado, lo iba a hacer, y no quería dejar vínculos ni conmigo ni
con nadie, sonaba a borrón y cuenta nueva. Nuevo país, nueva
gente, nueva vida, casi no hacía referencia a lo nuestro, o a lo
mío, porque visto lo visto, creo que solo estaba yo y mi imaginación
en aquella película, en la que una simple figurante se llevaba un
Oscar. Porque al final me quedaba la sensación de que lo que yo
percibí de ella, fue una actuación. O quizá no, quizá ella actuó
como sentía, y acabó de la misma manera, como sentía y sabía que
era mejor, al fin y al cabo, era ella la que tenía más estudios que
yo, y por lo tanto más conocimiento sobre la causa, ahora pienso que
una ruptura tan bestia y repentina, de una no relación tan corta, es
la mejor manera de olvidar el tema. Aunque pueda sonar cruel, es la
realidad, porque en un principio mi idea era mantener el contacto
hasta el día de la despedida, pero es sabido que en función de la
evolución de la relación, hubiera sido mucho más duro. Aunque
también he pensado que cuando en una relación, una de las dos
partes es tan cerebral, es porque quizá no siente lo mismo.
-”alguien
tiene que poner la razón”- .
Como dijo ella en una ocasión.
Y
ahora viene mi reflexión, mis preguntas, voy a filosofar sobre la
situación, no para buscar respuestas, sino para hacerme preguntas,
principio básico de la filosofía. Cuando entre un hombre y una
mujer existe una complicidad desde un primer momento, cuando se
tienen tantas cosas en común, tantas como para pasar una vida
juntos, se tiene en común hasta la necesidad de momentos de soledad,
tantas cosas que desde la primera o segunda conversación se intuyen,
pero hace falta averiguarlas, porque son tantas que casi parece
imposible.
Un
día conoces a una mujer, 35 años en este caso, y el hombre tiene
34, la cosa empieza con una breve conversación, pero se palpa que
hay algo más, se siente una complicidad, se intuye un entendimiento,
fluyen unas sensaciones que normalmente no se dan, feedback que lo
llamaba ella, química, feeling...y
esa breve conversación se alarga horas, porque siempre sale un tema
que te entretiene, y te lleva a conversar, sin que importe el tiempo,
el sitio dónde estás, se te olvida todo, y solo te centras en la
mujer con la que hablas, piensas las palabras, porque sientes algo
que te hace sentir un cierto miedo, de no decir nada que pueda
disgustarla, por si acaso cambia la percepción que tiene de ti, una
percepción quizá abstracta, quizá surrealista, porque en verdad no
se conoce casi nada del otro, pero lo que si sabes, es que quieres
gustarle.
Un
día sucede a otro, durante el día vas enviando mensajes, y los vas
recibiendo, o los recibes y los contestas, y da igual todo, por unos
cortos momentos estás inmerso en mundo medio virtual medio real,
llega el día que la conoces personalmente, y la primera impresión,
mejora de lejos la que esperabas, te pasan las horas que ni siquiera
te enteras, pierdes toda noción del tiempo, y te despides, te vas
pensando en la conversación, pensando en que ya quieres que llegue
el siguiente día para volver a verla, sabes que al día siguiente
volverás a hablar por mensaje, pero no es lo mismo que tenerla
delante, porque cuando la tienes delante la puedes ver, puedes ver su
cara, los gestos que hace al hablar, su sonrisa, su mirada, puedes
ver cómo viste, cómo se mueve, y mientras vas pensando en eso, ella
ya te envía un mensaje haciendo evaluación de la primera cita, la
valora realmente bien, te escribe de como te ha visto, como se ha
sentido, y que ya tiene ganas de repetirla, y a ti te da un subida de
sensaciones y alegría difícil de describir. Los mensajes se hacen
aún más intensos, en cuanto a sensaciones que afloran, las
conversaciones a través de éstos, van desde a darse a conocer, a
hacerse reír mutuamente, a opinar, a debatir, etc.
Cuando
esas citas duran apenas un mes, pero ese mes te parece 1 año, y
llega la última cita, en la que ni siquiera te imaginas que pueda
ser la última, un, té, una cena, y de las eternas conversaciones se
da un gran paso adelante, que empieza por un beso, pero no uno
cualquiera, no uno de esos que con el paso de los meses y años
olvidas, no, es un beso de esos que si estas de pie te tiemblan las
piernas y te dejan sin aire, un beso que es mucho más que eso, por
las sensaciones que transmite, tienes la impresión que es el
comienzo de una relación interminable, y del beso se pasa al sexo,
entras en su piso por primera y última vez, pero esa noche la
pasarás entera allí, esa noche va a ser difícil de olvidar con el
paso de los años, porque lo que experimentas allí no va a ser solo
sexo, en ese momento no piensas si estabas enamorado, si te vas a
enamorar, no piensas en nada, todo lo que pasa sale y fluye de manera
natural, intentáis dormir y resulta imposible, al día siguiente
despertáis abrazados, con un buenos días y un beso, luego te
despides hasta la tarde, una tarde que no llegará nunca, porque por
un mensaje te dice que no puede verte, y ahí es dónde de golpe
tienes la sensación que sucede algo que no estaba previsto, tienes
sensaciones contrarias, y te despides hasta la semana siguiente, pero
pasa un día, dos, y ya empiezas a echar de menos sus mensajes,
envías uno, pero no responde, tarda mucho, tarda una eternidad, y
cuando lo hace te das cuenta que hay algo que falla, hay algo que no
es igual, no estas seguro de qué, no sabes si has hecho algo mal, si
has dicho algo que no debías, si deberías haber llevado la corta
relación de otra manera, porque te está afectando demasiado, te
quedas...que no sabes nada. Y 5 días después de aquella noche, te
manda un mensaje que confirma el miedo que te había asaltado días
antes, y en ese momento te das cuenta de que se acaba, todo lo que
has vivido durante un mes, como has vivido durante ese mes, todo lo
que has sentido, todo se acaba, de golpe que es lo más difícil de
asimilar, si además te dice que mañana te lo explicará todo por un
mail, te quedas con la sensación de impotencia, de no poder hacer
nada, sabes que quizá esa breve relación tenia fecha de caducidad
desde casi el primer día, pero aún así, te destroza, breve pero
intensa, tanto que es difícil de entender, y al día siguiente sabes
que la que creías la mujer de tu vida, desaparece. Te parece como si
alguien viene un día y te dice: “mira, esto es el amor, esto es lo
mejor que te va a pasar en la vida, esto es lo que solo unos pocos
afortunados viven una vez en la vida, ella es la mujer de tu vida,
vas a experimentar unas sensaciones que ni de lejos te imaginabas,
son tan bestias que toda la alegría que puedas creer sentir, será
exactamente igual a la tristeza con la que te vas a quedar, lo has
visto bien? Pues ya has tenido bastante, despídete, aquí se acaba”.
Hace
poco leí en el libro -El
Consol de la filisofia-, algo
sobre una Diosa mitológica:
-Una
Deesa que apareixia al revers de les monedes romanes, amb un corn de
l’abundància en una mà, i un timó a l’altra. Era bonica i se
la solia representar amb una túnica tènue i un somriure timid als
llavis. El seu nom: Fortuna.
En
un començament se la veneraba com a deesa de la fertilitat. A ella
acudien les dones estèrils i els pagesos quan volien pluja. Però de
mica en mica, les seves atribucions es van anar eixamplant. Se
l’associà amb els diners, el progrés, l’amor i la salut. El
corn de l’abundància era el símbol del seu poder per concedir
gràcies, i el timó, el del seu altre poder sinistre per canviar els
destins dels homes. Podia concedir una gràcia i, immediatament
després, amb una velocitat esfereïdora, virar el timó i
contemplar, amb un somriure impertorbable als llavis, com els humans
ens escanyàvem amb una espina o quedàvem colgats sota una
esllavissada de terres-. Y
añado yo, o un mal de amores. Porque no tengo la menor duda que
quien puede disfrutar del amor por ejemplo, es muy afortunado, e
igualmente desafortunado cuando se acaba.
Por
un lado, la primera cosa que te pasa por la cabeza es, que casi
preferirías no haberlo sabido, pero por otro lado, prefieres haberlo
vivido, no ha salido como esperabas y querías, pero en el fondo
querías vivirlo; duela lo que duela, dure lo que dure, son cosas que
hay que vivir. Llegas a olvidar inconscientemente que las relaciones
las forman dos personas, y para que funcionen, ambas partes han de
sentir y querer lo mismo, si una de las dos tiene espectativas
diferentes, si se enfoca la relación de manera diferente, no
funcionará. Claro, eso pensado después tiene sentido, porque llega
a confundirte, mientras duraba, por muy ciego que estuvieras, ella se
comportaba exactamente de la misma forma, expresaba lo mismo, sentía
lo mismo, porque si no era así, ya ni siquiera quieres pensar en
cómo es en realidad esa mujer, porque te pasan unas cosas por la
cabeza difíciles de entender, cosas que creo que la mente humana
tampoco esta preparada para entender. Cuál fue su objetivo en aquel
caso, un simple polvo? No creo que haya que tomarse tantas molestias
para uno solo, no hace falta comportarse como si sintieras algo de
verdad, como en una relación sentimental, si era eso, se aclara en
un principio, se lleva a cabo, se zanja el tema, y ya está. Que
quería una relación? Pues se puede romper de otra manera. Hay
relaciones, tienes relaciones, que vienen y se van, otras que duran
más o menos, unas de sexo, otras con sentimientos, más o menos
intensas, que cuando se acaban, las olvidas más pronto que tarde,
pero hay otras que marcan, marcan mucho, hasta te hacen cambiar. Si
lo piensas fríamente, quizá por parte de ella solo se tratara de un
polvo, pero analizando bien lo sucedido, no es posible, porque para
un polvo, no se ponen tantos sentimientos, o se dicen ciertas cosas,
no se actúa de una manera determinada, no hace falta agradar tanto a
la otra persona, se es más frío, más distante, porque si no es
así, piensas que ella a actuado, y lo ha hecho de una manera
brillante, tanto como en una película, pero con la diferencia que en
ésta, había personajes reales, y eso, no se comprende. En una
película, él haría algo para que ella se quedara, y ella se
quedaría, o los dos se irían juntos. En la vida real, es éste
caso, aún queriendo hacer algo, decir algo, joder!!! es que tampoco
quería hacerlo, no porque ella me pueda llegar a dejar indiferente,
si no porque en el fondo, me gusta más la idea de que ella haga lo
que realmente siente y quiere en su vida, yo no quiero impedir hacer
nada a nadie, de la misma manera que no me gustaría que me lo
impidieran a mí, si fue así, fue porque ella lo quiso, y porque
ella lo quiso, por esa manera de ser, es por la que me fije tanto en
ella, por lo que me atrajo tanto, y si por casualidades de la vida,
en un futuro nos volviéramos a encontrar, ya se verá. No pienso
precisamente que nos volveremos a ver, la gente en un año puede
cambiar mucho, su situación personal, sentimental, se llegan a
olvidar sentimientos...o se deben olvidar, porque al fin y al cabo,
prefiero vivir en el presente, que recordando el pasado, o esperando
el futuro.
Renné
Descartes sostenía que él no enseñaba filosofía, sino a
filosofar. Así que filosofando, viendo cómo empezó y cómo acabó,
después de mucho pensar y analizar, quieres llegar a la conclusión
de que la relación fue real para ambas partes, todo fue sentido y no
actuado, hasta que ella llegue el día establecido en el que cambie
de vida, de país, de amistades etc. Podría haber acabado de otra
manera? Se podría haber mantenido la relación a distancia? Era
mejor acabarla así? Pues no sé, el caso es que acabó como ella
quiso, eso es respetable evidentemente, quizá porque después de
aquella noche y hasta que llegó a esa conclusión, ella puso la
cabeza en vez de el corazón, y entendió que era mejor no seguir
adelante, y acabar tan de golpe, aunque en un principio pueda doler,
te deje más descolocado, es la manera más fácil y rápida de
olvidar, porque ante una situación como a la que a ella se le
planteaba, un viaje así, sabes cuando lo empiezas, pero no sabes
cuándo lo vas a acabar. A ti tampoco te vale ese razonamiento en un
principio, porque ni siquiera razonas, ya dicen que el amor es
irracional, o te vuelve irracional, o quizá no era amor, o al menos
no como te lo habían vendido. Pero... -“that’s life”- cantaba
Frank Sinatra.
-”
That’s life (that’s life), that’s all the people say
You’re
ridin’ high in April, shot down in May
But
I know I’m gonna chang that tune
When
I’m back on top, back on top in June
I
said that’s life (that’s life), and as funny as it may seem
Some
people get their kicks stompin’ on a dream
But
I don’t let it, let it get me down
‘cause
this fine old world, it kepps spinnin’ around...............”-
TIK
TO TIK TOK............TI TI TI TI TI TI TI TI TI TI TI TI TI TI TI
!!!!!!!!!!
What
a fuck men!!!!!!, Qué pasa? Qué hora es?....
8
de la mañana!!!!! JODER ERA UN SUEÑO!!!! Era un sueño? No puede
ser, era demasiado real.
Buffffffff,
bueno, me voy a correr!!!!